sábado, 14 de julio de 2012

Si habla español en Texas, algunas pizzas le saldrían gratis


En la familia de Carlos Vatres ya es tradición que cada que él los visita de México celebren su estadía mirando un partido de fútbol a la italiana: con pizza.

SAN ANTONIO, Texas — En la familia de Carlos Vatres ya es tradición que cada que él los visita de México celebren su estadía mirando un partido de fútbol a la italiana: con pizza.
Y Vatres, de 32 años, no se anda con rodeos: va con su cuñado al local de Pizza Patrón, al noroeste de San Antonio.
“Nos encanta este lugar”, dijo al recoger seis pizzas. “Siempre atienden bien al hispano y la pizza es buena y barata. ¿Qué más puede uno pedir?”.
Bueno… podría pedir, por ejemplo, otra pizza grande… y gratis.
Con 102 locales principalmente en estados fronterizos del país establecidos a lo largo de dos décadas, Pizza Patrón ha llamado la atención de la comunidad tejana por sus controvertidas promociones publicitarias dirigidas al inmigrante de primera generación así como a los mexico-americanos.
La más reciente consiste en que cualquier persona recibirá una pizza grande, gratis, si la pide en español. La promoción empieza el próximo 5 de junio y sólo se podrá ordenar en español, ‘una pizza por favor’, y ser acreedor del premio durante tres horas al día.
No tiene que ser un español perfecto siempre que la persona se haga entender, dice Andrew Gamm, director de mercadeo para Pizza Patrón en Dallas, sede de la compañía.
“De hecho, la persona ni siquiera tiene que ser alguien que sepa español”, dijo Gamm. “La pronunciación no importa.
Con tal de que hagas un esfuerzo, te damos tu pizza”.
Hace cinco años la compañía lanzó otra campaña que permitía que los clientes pagaran con pesos mexicanos. Esa política aún sigue vigente.
“Nuestro objetivo es hacer crecer y mantener una base de clientes hispanos”, dice Gamm. “Pero también ofrecer una nueva aventura culinaria para el no hispano que esté interesado en probar un estilo de pizza diferente”.
Lo cierto es que la estrategia de mercadeo de esta empresa ha alimentado un debate público que arroja más candela a la hoguera del controvertido tema de la legalización de inmigrantes que se encuentran en el país sin autorización legal.
Uno de sus efectos ha sido la inmediata polarización que produce en ambos bandos del debate: aquellos del lado del inmigrante, que apoyan el concepto de un país bilingüe y multicultural y quienes apoyan la idea del inglés como la lengua oficial del país y que creen que promover el uso del español divide a la sociedad.
“La gente no entiende que no nos asimilamos, que esa es una manera de pensar errónea”, dijo René Martínez, director para el norte de Texas de la organización Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos.
“Es importante usar el inglés como lengua común, es lo que nos trae a todos a la mesa,” dijo María Martínez, directora ejecutiva de la Coalición Tejana para la Reforma Migratoria. “Uno tiene que saber inglés para hacerse ciudadano, así que mejor seguir las reglas”.
Sea cual sea el lugar que los tejanos ocupen en el debate, la profesora Patricia Sánchez de la Universidad de Texas en San Antonio dice que el español ya está presente en un montón de facetas sociales de la región.
Por lo menos en Texas, dice Sánchez, es casi imposible pasar un día sin tener que decir algo en español.
“Aunque sea nada más el nombre de la ciudad dónde vives, o hasta la calle dónde vives, te aseguro de que algo en español vas a decir”, añadió la académica, quien enseña en el Departamento de Estudios Bilingües y Biculturales.
Mike Christian, que trabaja con una pizzería competidora, no tiene nada en contra de la campaña publicitaria pero, aún así, no cree que sea lo mejor dirigirse a un solo grupo étnico o racial.
“No digo que sea malo lo que ellos hacen, pero es algo que no haríamos nosotros”, dijo Christian, director de mercadeo de Mr. Jim’s Pizza, con más de 70 locales en Texas. “Nosotros preferimos atraer a todos grupos sociales, no sólo uno”.
Expertos en asuntos hispanos creen que Pizza Patrón simplemente está haciendo un buen negocio a costa del español, como lo están haciendo otras compañías estadounidenses con el poder de compra de los latinos.
Ese poder alcanza un billón de dólares y crecerá a billón y medio en tres años, según un reporte presentado el mes pasado por la cámara de comercio hispana de Arizona.
En un estudio publicado este mes, la empresa de mercadeo Nielsen dice que el poder adquisitivo de los hispanos será de $1.5 billones para 2015, lo que equivaldría a convertirse en la duodécima economía mundial.
Pizza Patrón vende unos cinco millones de pizzas al año por un valor de unos 40 millones de dólares. Emplea a 1,200 personas en siete estados. En 2005 vendía $14 millones de dólares y en 2008 saltó a los $32 millones.
“Ver a compañías como Pizza Patrón y el sinnúmero de acercamientos de negocios americanos al hispano demuestran, por lo menos aquí en el suroeste del país, que la frontera es una línea invisible en cuanto al comercio”, dijo Harriet Romo, directora del Centro México en la Universidad de Texas en San Antonio.
“Más del 70 por ciento de nuestros clientes son hispanoparlantes y queremos hacer todo lo posible para promover nuestra relación con ellos”, dice Gamm.
Sentados afuera de un local de Pizza Patrón en San Antonio luego de ordenar su pedido, Esteban Leija y Ceci Mandujano, una pareja mexicana que llevan años viviendo aquí, dicen que les gusta su campaña de mercadeo.
Dicen que no es mucho pedir que se digan un par de palabras en español para recibir una pizza gratis.
“Mira, yo trabajo en un restaurante y me toca todo el tiempo servirles a americanos que hablan español mejor que yo”, se rió Mandujano.
Otros, que también esperaban sus pizzas, no les gusta ganarse una sólo por pedirla en su idioma nativo.
Jesse Valdez, de 44 años y oriundo de Monterrey, cree que es mejor que Pizza Patrón se dedique a la comida y no a la política y que se están metiendo en la problemática de la inmigración cuando no hace falta.
Leo Alemán, también transplantado de Monterrey, dice que es discriminatorio y que él se sentiría discriminado si hubiese una campaña en la que se tuviera que ordenar en inglés para ganar una oferta.
“No es la mejor manera de hacer promoción”, dijo. “Dime que vas a regalar una de cada 10 pizzas, por ejemplo. Pero no me digas que las regalas sólo a los que hablan español. Por supuesto que es bueno que la gente aprenda el idioma, pero no de esta manera, que tomen un clase”.
AP

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