Un hombre demandó a un hospital, donde le practicaron una cirugía de implante de pene, y nueve días después de la operación se contagió de gangrena que redujo su pene hasta el punto que tiene que sentarse para orinar.
Un hombre demandó a un hospital, donde le practicaron una cirugía de implante de pene, y nueve días después de la operación se contagió de gangrena que redujo su pene hasta el punto que tiene que sentarse para orinar.
El peruano Enrique Milla deseaba un implante de pene para mejorar su vida sexual en el 2007. “Alrededor de un año antes de que me di cuenta que tenía problemas”, dijo el hombre a través de un traductor.
Spencer Aronfeld, abogado de Milla, argumentó que su cliente nunca debió haber sido operado para hacerle un implante de pene, debido a que su diabetes no estaba controlada. “La única persona y el único que lo autorizado para este tipo de cirugía, en ese día, fue el doctor Boeru. Y nuestro caso todo es que en ese momento en particular, debería haber dicho, ‘Espera un segundo, vamos a tratar las condiciones médicas en primer lugar”.
El anestesiólogo que participó en la cirugía, el doctor Laurentia Boeru, nunca debió haber permitido que la cirugía, dijo el abogado, ya que Milla tenía un caso extremo de diabetes, la hipertensión arterial y sus niveles de azúcar en la sangre eran demasiado altos el día de la cirugía.
Boeru declaró bajo juramento que sus obligaciones y riesgos que sólo se refieren a la anestesia, no el implante real del pene y los riesgos potenciales. “Me dirigí a un pequeño periodo de tiempo de contacto con el paciente, que es el período preoperatorio de tiempo. Mi papel se detiene cuando el catéter epidural, que es lo que haces en Obstetricia, está fuera o si el paciente está fuera de la recuperación”.
Los problemas de paciente comenzaron después de una infección de gangrena que se extendió por su pene nueve días después de la cirugía. Aronfeld detalla la experiencia traumática que su cliente pasó. “Convertido en una bacteria que come carne que comieron su pene centímetro a centímetro. Y como resultado de esto, él tiene que pasar el resto de su vida sin un pene en funcionamiento. Él tiene que sentarse para orinar, nunca tiene relaciones íntimas con nadie y ha perdido su virilidad”.
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